Tíbet, tanto tiempo escondido en las alturas, detrás de un muro infranqueable de montañas. Aunque la sociedad china lo ha modernizado, algunos lugares todavía guardan el sabor de la espiritualidad, la paz, y la armonía que surgen de uno de los pueblos más religiosos del planeta: los tibetanos.
En esta ocasión, pues se vaticinan más entradas, Ana Pérez, profesora de Literatura en Secundaria y consumada viajera, nos presenta algunas de las fotografías que tomó hace algún tiempo en el monasterio de Labrang, en Xiahe, parte de la China culturalmente tibetana.
Su visita coincidió con uno de los festivales religiosos más importantes para la población tibetana de la zona: el despliegue y exposición de un thangka gigante. Como se puede observar en las imágenes, la nieve hizo acto de presencia.
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