Buenos tardes a todos los rinconetes.
Desde hace tiempo llevo pensando en escribir un tema para el blog. Como siempre, me asalta la gran pregunta: «¿sobre qué?». Lo cierto es que con todo lo que está pasando en nuestro país es fácil encontrar un tema sobre el que hacerlo.
Pero mi intención está vez es ir más allá. Conjugar la situación socio-político-financiera con su pasado histórico más “moderno”.
Por todo ello, cuando empecé a escribir este artículo sobre la Crisis económica en general y la situación fiscal derivada en nuestro país en particular, me pregunté ¿ha habido en nuestro país una crisis económica tan grave como la que estamos viviendo?
Sé que muchos de ustedes pensarán que sí, que en los años 80 del siglo XX, como consecuencia de la inestabilidad económica de la crisis del petróleo (conflicto árabe-israelí) de mediados de los años 70, todas las economías occidentales retrocedieron desde el punto de vista económico, y en este caso Spain wasn´t different y la crisis se nos agravó aún más.
Pero en cierta manera esta crisis no me servía para ver realmente cómo se había salido de ella, porque la mala gestión de la crisis de los años 70 trajo también la fácil bonanza de los años 80 (entrada en la CEE), para caer de nuevo en el declive de los 90 -todo ello enmarcados en el siglo XX-, para recuperarnos finalmente en los años 2000. Y la historia se repitió.
Así que mi indagación histórica tendría que retroceder unos siglos, en concreto a la época moderna. En dicha época encontramos identificados los ciclos económicos en términos generales.
Estos ciclos económicos, en lenguaje financiero, son los denominados de «bonanza-crisis-recuperación» (no se iguala la bonanza anteriormente perdida y la siguiente crisis ahonda más en el declive económico posterior).
En fin, resumiendo el título de dicho articulado, el cual por volumen he decidido dividir en entregas, hablaré de “La Real Hacienda Dieciochesca: Orígenes Regios del actual sistema de fiscalización estatal: Pago de Única Contribución y Banco de San Carlos”, y trataré de realizar una analogía fiscalizadora entre nuestra época y la de la época moderna.
Porque creo que la grave crisis que sufrió nuestro país durante el siglo XVII estuvo caracterizada por una falta de interés regio en la tarea de gobierno y una gran corrupción política protagonizada por los validos -aquellos que no eran válidos para solucionar la situación-. Y es que la anterior bonanza del siglo XVI, basada en la importación de materias preciosas de América para luego exportarlas como forma de pago, no hizo finalmente otra cosa que encarecer los precios para la población, que no logró grandes mejoras socio-económicas.
El aumento de la deuda del Estado y el enriquecimiento de políticos sin escrúpulos que bajo la protección real o eclesiástica (en la actualidad, los partidos políticos) aumentaron sus fortunas a costa del contribuyente permitieron que la crisis del siglo XVII se ahondara cada vez más hasta ser endémica.
En nuestro país, desde el año 2008 se está viviendo una situación de crisis que parece no acabar nunca y que nos lleva cada día más a la desesperación al ver, con rabia, cómo el sector de las finanzas maneja a su antojo los designios de países a través de unos políticos que incumpliendo sus programas permiten que el término “democracia” se endeude cada día más y pierda valor.
Por todo ello, y viendo la ineficacia política, que sólo sabe proteger los grandes intereses económicos, hemos de preguntarnos si nuestro país ha vivido alguna vez alguna experiencia similar o de peores consecuencias.
Y por ello, recurrimos a la Historia, ciencia que nos permite analizar el pasado con perspectiva de presente para mejorar el futuro inmediato.
Buen repaso histórico-económico sobre el tema. Como oí alguna vez, «el Capitalismo es cíclico, tiene periodos malos y tiene periodos peores». Pero bromas a parte, lo cierto es que de esta crisis saldremos, como hemos salido de otras que cita en su entrada, el problema es cuando vamos a salir y sobre todo cómo vamos a salir de ella y a cuantos vamos a dejar por el camino sin ningún tipo de esperanza, y si perdemos la esperanza perdemos todo, porque eso es lo último a lo que las personas se agarran y después de ella ya no hay nada.
Un saludo.
Muy buen e interesante planteamiento el que hace, Alfonso. Espero con sumo interés los siguientes capítulos. A ver con qué nos sorprende en su comparativa entre períodos.
Por cierto, Sr. Pamaius, la frase que se marca sobre los ciclos del capitalismo no será, por algún casual, de Maruri, ¿no?
Un saludote.
La frase no es de quien usted comenta, pues la oí hace tiempo por la radio (sinceramente no se a quien).
Aunque le admito que se parece un poco a una frase del citado profesor y que decía: «algunos matrimonios acaban mal, otros acaban en divorcio». La frase es del mismo pelo, así que igual se sonaba por eso.
Un saludo.
*le sonaba
La verdad que el mayor problema de la crisis está en lo que usted ha dicho, Pamaius, cuántas personas está dejando sin ningún tipo de esperanza y desesperadas cada vez más agarrándose a lo que se pueda en términos económicos. ( incluido yo mismo).
Por eso he querido hacer esta comparativa, que lo que hace es animarnos porque de esta crisis saldremos, no sabemos cuándo pero saldremos.
Lástima que el ser humano sólo haya creado dos sistemas económicos, porque debería de haber un tercero, más justo, que en vez de hacernos consumistas de productos, fuéramos consumistas de sabiduría y buen hacer.
Señor Bogomilo espero impresionarle porque como me dijo un día, cada día de la vida está lleno de impresiones. Gracias , una vez más, por alinear el texto. No entiendo el por qué a mí no me deja.
Un abrazo
Creo que a mí me deja alinear porque WordPress, después de publicar muchas entradas, tuvo la cortesía de concederme esa función de «alinear el texto».
También quité de su entrada algunas negritas para uniformizar la estética del texto con la de las demás entradas que publicamos. Espero que no le haya importado.
Por cierto, no recuerdo que le dijese la frase que señala (aunque puede ser), pero, en cualquier caso, la comparto plenamente.
Besitos.
Cómo se nota los «privilegios » que tiene usted y lo bien que los sabe utilizar. La verdad es que ha quedado muy bien al igual que el resto de entradas que estoy haciendo en esta semana y le agradezco lo que hace respecto a la alineación del texto.
La dijo y me pareció adecuado señalarlo.
Un abrazo